El Congreso busca acercarse a la Generación Z y abrir un diálogo directo

 

La Cámara de Diputados quiere dejar claro que las y los jóvenes no están fuera del debate público. Así lo afirmó la presidenta de la Mesa Directiva, Kenia López Rabadán, al anunciar que cualquier persona joven podrá enviar directamente sus propuestas, quejas o iniciativas al correo oficial de la Presidencia. La idea es sencilla: si las inquietudes están en las calles, también deben estar en el Congreso.

López Rabadán explicó que esta apertura nace de una exigencia evidente: los jóvenes quieren ser escuchados y quieren soluciones. Hoy representan 33 millones de personas entre 13 y 28 años, un cuarto de la población, y cada vez participan más en discusiones sobre seguridad, justicia y futuro. Para la diputada, ignorar esa energía sería un error histórico.

Por eso insiste en que el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a expresarse y manifestarse sin miedo, tal como lo marcan la Constitución y los tratados internacionales. Y abrir canales de comunicación formales —sean digitales o presenciales— es una forma de cumplir con esa responsabilidad.

En medio del debate sobre el papel de la juventud en las movilizaciones recientes, López Rabadán subrayó que lo importante no es descalificar a quienes protestan, sino entender qué los está empujando a hacerlo: la inseguridad, la violencia y la falta de oportunidades. Atender esas causas, dijo, es el camino para recuperar la confianza en las instituciones.

El mensaje final es directo: el Congreso quiere que los jóvenes entren a la discusión nacional, que su voz llegue a las comisiones, que sus ideas se conviertan en iniciativas reales. No es un gesto simbólico, sino un intento por reconstruir puentes entre la política y una generación que exige ser tomada en serio.

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