Belleza experimental impulsa auge de cosméticos en México 2025

Durante el Buen Fin 2025, la categoría de belleza y cosméticos se posicionó entre las más dinámicas del consumo en México. A lo largo de la última semana, productos de maquillaje, skincare y cuidado personal incrementaron su demanda tanto en tiendas físicas como en plataformas digitales, impulsados por campañas publicitarias intensivas, entregas rápidas y promociones dirigidas especialmente a consumidores jóvenes en zonas urbanas.

El mercado de belleza y cuidado personal mantiene una tendencia ascendente. Reportes del sector estiman un crecimiento sostenido durante los últimos años, con ventas que superaron los 280 mil millones de pesos en 2024. A nivel internacional, el mercado de cosméticos avanza con una proyección anual cercana al 4%, lo que influye directamente en la oferta disponible en México.

En octubre de 2025, la categoría de salud, higiene personal y cosméticos encabezó la publicidad en televisión abierta, con más de 41 mil anuncios transmitidos en la Ciudad de México. Esta presencia constante consolidó a cremas, perfumes, shampoos y maquillaje como productos familiarizados en la vida cotidiana, creando un ambiente favorable para el repunte de ventas durante el Buen Fin.

En los hábitos de compra, la belleza y el cuidado personal se mantienen entre las tres categorías más adquiridas en el país, solo por detrás de alimentos. Esto refleja que los hogares mexicanos destinan una parte estable de su presupuesto a productos de uso diario, aprovechando periodos de descuentos para abastecerse de artículos básicos como cremas corporales o desodorantes, así como de productos de mayor valor como sérums o fragancias.

El comercio electrónico reforzó su papel protagónico. En esta edición del Buen Fin, plataformas digitales y aplicaciones móviles superaron a las ventas físicas en categorías como maquillaje y skincare. La posibilidad de comparar precios, revisar reseñas, validar tonos y recibir envíos exprés impulsa un comportamiento de compra más sofisticado, especialmente entre consumidores de la Ciudad de México.

El perfil del comprador también ha evolucionado. La Generación Z muestra una mayor inclinación a realizar compras impulsivas de productos de belleza, influenciada por tendencias en redes sociales y contenido de creadores digitales. Los millennials, en cambio, integran rutinas más estructuradas: investigan, comparan precios, revisan ingredientes y apuestan por productos multifuncionales o de mayor durabilidad, lo que se refleja en campañas diferenciadas entre ambos segmentos.

La tendencia de “belleza experimental” se refleja en rutinas de cuidado más elaboradas, maquillajes temáticos y colecciones de temporada que incorporan tonos rosados, metálicos y acabados brillantes para las fiestas decembrinas. Además, aumenta la demanda de cosméticos con ingredientes naturales, empaques reciclables y propuestas alineadas con campañas de hábitos saludables.

En un contexto de estrés financiero, muchos consumidores adoptan el cuidado personal como una forma de bienestar emocional. Las rutinas de skincare antes de dormir, los maquillajes sencillos para la oficina o los rituales de autocuidado en fin de semana funcionan como mecanismos para reducir ansiedad. Sin embargo, persiste el riesgo de la “deuda de apariencia”, fenómeno en el cual se adquieren productos de alto costo que rebasan la capacidad real de pago, motivados por la presión social o la imagen proyectada en redes.

El modelo omnicanal continúa expandiéndose. Grandes cadenas, farmacias y marcas especializadas combinan tiendas físicas, plataformas propias y presencia en marketplaces. Las apps permiten recomendaciones personalizadas, preventas y compras automatizadas de productos recurrentes, respondiendo a un consumidor capitalino que compara precios en el transporte, analiza reseñas en redes y decide si acude en persona o espera al repartidor.

La inclusión también se vuelve un eje central. Las marcas están ampliando sus gamas de tonos de piel y creando líneas para diversas identidades de género, estilos y edades. Esta expansión refleja un mercado cada vez más diverso que busca opciones personalizadas sin importar su perfil.

Las proyecciones indican que el mercado de cosméticos y cuidado personal en México continuará creciendo, impulsado por consumidores que normalizan la compra digital como parte de su vida diaria. En este contexto, la belleza experimental deja de ser una tendencia pasajera y se consolida como un componente clave del consumo mexicano contemporáneo, un espacio donde se cruzan bienestar, identidad y tecnología en la vida urbana.

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